Las Flores de Bach han sido y son mis fieles compañeras de viaje. Así me gusta referirme a ellas porque forman parte de mi vida desde hace más de 25 años.

Recuerdo que fue entonces , con el recién llegado diagnóstico de autismo de mi hija, cuando me puse en manos de Lucy, una terapeuta floral peruana, ella me abrió una nueva ventana a la salud natural. No solo para Ali sino también para mi,  con ella comencé a introducirme en el maravilloso  mundo de las flores de Bach, y al ver los efectos tanto en mi pequeña como en mi proceso de aceptación de esa nueva realidad,  para la que ninguna madre está preparada, quise conocer más a fondo las esencias florales, estudiándolas e integrándolas en nuestro día a día.

Las he sentido siempre como ese recurso que sabes que tienes cerca ante cualquier situación. Y aprendí algo que me cambió mi percepción de la situación que en ese momento se me planteó, y es que más allá del trastorno  de mi hija , estaba ella, con su propia realidad y con su propia alma, porque para el Dr. Bach no existían enfermedades, existían enfermos. Por lo que me centré en vivir ese proceso desde otra visión , intentando transmutar y aprender de aquello que estábamos transitando.

Y es desde ahí como comparto en consulta esta grandes aliadas de viaje.  En las sesiones de Reflexología y de Masaje Metamórfico me ayudan a llegar un poco más allá de la afección física que me plantea el “actiente”, porque sabemos que detrás de un gran porcentaje de enfermedades encontraremos una emoción mal gestionada.  La persona sigue trabajando en su casa, con ese tratamiento floral, mis manos siguen junto a ella ( gracias a las flores)  hasta que nos volvamos a ver.

También existe la posibilidad de una sesión de Flores de Bach en exclusiva, en la que además de la entrevista previa , haremos un testaje con kinesiologia, para  que sea tu cuerpo no tu mente la que ayude a pautar las flores.  Fue sin duda el trabajo con mi hija con discapacidad, lo que me llevó a aplicar este tipo de valoración a la hora de elegir que flores necesita cada persona. Intenté durante años “suponer” cuáles eran las esencias óptimas para la niña,  hasta que llegó a mí esta técnica y comprendí que era ella y su propio Ser quien me debía indicar el camino.

Si quieres conocer a estas grandes compañeras de camino, no dudes en llamarme y concertar una cita en Boecillo o en Valladolid ( junto al Museo de Escultura) y si no vives cerca de esta zona, podemos trabajar a través de Zoom en una consulta online.

Te espero para abrirte esa ventana que un día se abrió para mí ya hace muchos años.

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