Los niños no son ajenos a los trastornos del sueño. Se estima que entre el 25-30% de las visitas al pediatra están relacionadas con algún problema relacionado con el descanso nocturno y la Reflexología es , sin duda, una herramienta poderosísima para ayudar a regular el sueño infantil, cuando hemos descartado que el problema pueda ser provocado por alergias, dolores, enuresis, enfermedades crónicas , efectos secundarios de alguna medicación , etc.
Las necesidades de sueño varían considerablemente. No hay un patrón de sueño homogéneo y lo que necesita un niño no tiene por qué ser aplicable a otro. Sin embargo, si le cuesta regularmente conciliar el sueño o mantenerlo a lo largo de la noche o si se encuentra cansado y soñoliento durante el día, se debe sospechar la existencia de un problema de sueño o de los hábitos que conducen a éste.
Aunque deberíamos tener en cuenta que el sueño es un proceso evolutivo y todo niño sano dormirá correctamente algún día solo hay que darles tiempo.
El sueño infantil es un sueño diferente al que tenemos cuando somos adultos y también distinto al que tendremos cuando seamos ancianos. Es un sueño que va evolucionando desde que se nace. E incluso antes también, porque el bebe en la barriga de mamá también duerme aunque tiene su sueño tiene solamente dos fases.
Cuando nace solo tiene estas dos fases y conforme pasan los meses va adquiriendo todas las demás. Llegará un momento en que tenga un sueño parecido al del adulto pero tenemos que esperar un tiempo.
Sería recomendable enseñar a los padres a que trabajasen los puntos reflejos a diario, hasta conseguir una pauta y unos hábitos de sueño. Ellos son los que están en “la trinchera” y los que conocen el mejor momento en el que su pequeño está más receptivo a recibir el masaje. Ayudándoles así a establecer pautas de sueño . Las rutinas les darán seguridad y esa seguridad es la que les ayudará a dormir. Además de conectar con sus hijos de una forma especial .
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