Una sesión de reflexología podal puede variar en función del paciente, pero por lo general dura entorno a una hora.
En primer lugar, el reflexólogo hará preguntas sobre la historia médica de los pacientes, qué enfermedades le han sido diagnosticadas previamente y los medicamentos, homeopatía o suplementos nutricionales que estén tomando, ya que pueden afectar a la forma en que se lleve a cabo la sesión. Existen una serie de contraindicaciones al tratamiento que será preciso conocer antes de comenzar , como son embarazadas antes del tercer mes, casos de fleblotrombosis, trombosis, flebitis, o tromboflebitis o cualquier otra enfermedad de la que el paciente no tenga un diagnóstico preciso de su médico.
La sesión se lleva a cabo mientras el cliente está sentando en una hamaca especial de reflexología. El terapeuta relajará los pies a través de la flexión y otros movimientos similares ( desbloqueos y movilizaciones ) Para después comenzar con el tratamiento más específico en función de la patología y motivo de la consulta . El paciente puede sentir pequeñas sensaciones o incluso nada en absoluto. La sesión suele ser muy relajante y en ocasiones las personas tratadas llegan a dormirse.
El número de sesiones variará en función de cada paciente y la frecuencia suele ser semanal.
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