Hoy es uno de esos días donde la Reflexologia me muestra cara a cara su inmenso poder. Y aun siendo algo muy personal he decidido compartirlo para animarte si aún no conoces esta terapia , a que te acerques a ella y si ya la tienes integrada en tu vida corrobores más si cabe su valía.
Después de una actividad que la fascina en el centro de día al que acude, Ali ha comenzado a gritar, sin razón aparente. Entrando en una espiral de llanto y en esas conductas disrruptivas que todos tememos. Al llegar a casa, sin pensarlo dos veces le he sentado en la hamaca de Reflexologia y he comenzado a tratar su intestino delgado, colon y columna vertebral. Utilizando unas gotas de aceite esencial de bergamota (por su poder carminativo)Apenas 20 minutos de tratamiento han bastado para cambiar la expresión de su rostro. Para comenzar a mover sus intestinos y expulsar gases. A partir de ahí , ha pasado una tarde como cualquier otra, con la felicidad que la caracteriza y su buen humor.
Muy curioso apuntar que antes de dormir ha hecho de vientre, nunca lo hace a esta hora. Y más curioso aún , se ha dormido mucho antes de su hora habitual,relajada y tranquila.
Ayer os hablaba en un artículo sobre la Reflexologia y el cólico de lactante y hoy comparto una experiencia personal sobre cómo esta terapia nos puede ayudar a nosotros los padres de chicos con discapacidad intelectual. Chicos especiales donde una simple acumulación de gases puede acarrear una situación muy difícil de manejar. Feliz de haberla podido ayudar con mis manos, feliz de poder compartirlo con vosotros
Renée Iglesias
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