La experiencia que viví ayer y que hoy quiero compartir con todos , fue una de las más bonitas en toda mi carrera como Reflexóloga. Fue un momento tan especial que no se si mis palabras podrán haceros llegar la emoción que sentí cuando tuve entre mis manos los pies que veis en la foto.
Son los pies de una preciosa niña de 11 años con autismo, una niña que ahora mismo está pasando uno de sus peores etapas; tras un ingreso en hospital para intentar mejorar su situación a través de medicación, ingreso que además de traumático y agotador tanto para ella como para sus padres no ha dado el fruto esperado. La pequeña sigue igual, desesperada , llorando sin parar y sin saber ninguno la razón de ese llanto angustioso que al final acaba en episodios de autoagresión , por la impotencia de no saber que está pasando.
Ayer llegúe a su casa, a casa de María ( llamemósla así) con la intención de tratar a su mamá , agotada y exhausta , ya casi sin fuerzas después de más de siete meses de angustia y tambien poder enseñarle a ella a tratar a la niña. Me recibió María llorando y gritando , dándose golpes de desesperación; instintivamente me acerqué a ella con mi aceite entre las manos y le pedí su pie, ella me lo dió de inmediato, y comencé con su plexo solar, después su columna y la hipófisis ; os puedo asegurar que la expresión de María cambió por completo, su llanto cesó y comenzó a relajarse. Se fué solita al sofá y allí empece a tratarla , era tan emocionante! Que ninguno de los que estábamos con ella dábamos crédito a lo que estábamos viendo.
Lo que cada vez me sorprende más de la Reflexología es la capacidad de esta terapia de hacernos conectar con el poder de autocuración que todos tenemos. Ella sabía que necesitaba ayuda, una ayuda que mis manos le ofrecieron y mi chica aceptó de inmediato.
Preciosa experiencia os lo aseguro. Trabajaré con María una vez a la semana, iré compartiendo con vosotros nuestros avances. Los avances de un ser humano que no sabe expresar lo que está viviendo su cuerpo y que entre todos la ayudaremos a darle voz.
0 comentarios